Muchas veces, lo que consideramos desperdicio puede convertirse en ingredientes deliciosos y nutritivos para nuestras comidas. Con un poco de creatividad, podemos reducir el desperdicio de alimentos y aprovechar cada parte de lo que compramos. Te traemos algunas ideas para que te inspires.
- Papas smash: La cáscara de la papa no solo es comestible, sino que también aporta un extra de sabor y nutrientes. Lavá bien las papas antes de cocinarlas para eliminar cualquier residuo y luego seguí esta receta de papas smash. ¡Una forma fácil de sumar fibra y sabor a tus platos!
- Aprovechá las hojas de remolacha: Las hojas de remolacha, que a veces son descartadas, son completamente comestibles y aportan un toque fresco a tus ensaladas. Podés cocinarlas al vapor, saltearlas o usarlas crudas para añadir textura y sabor únicos a tus comidas.
- Consumí las frutas con cáscara: Muchas frutas se pueden consumir con su cáscara para aprovechar al máximo sus nutrientes y fibra. Manzanas, peras, duraznos y ciruelas son ejemplos de frutas que podés disfrutar sin pelar. Solo asegurate de lavarlas bien antes de comerlas.
- Usá bananas pasadas para postres: Las bananas que ya están maduras o pasadas son perfectas para hacer budines, tortas, licuados o incluso helados caseros. Su sabor es ideal para estos postres y reduce el desperdicio al transformar frutas que de otro modo se habrían desperdiciado.